No me dio tiempo de ponerme
a tomar fotos, el café estaba tan bueno que olvidé lo que iba a hacer, disfruté
los aromas, distraje mi vista observando el lugar y no me quería ir por lo que
alargué mi café.
La primera vez que me
hablaron del lugar fue en San Jacinto – Bolívar- en “Cerro Maco Café y Cacao”
pero no me supieron cómo llegar, la única indicación que me dieron es que
estaba en Cartagena y era un laboratorio de café, a mí me tocaba investigar
donde queda, como llegar y en que horarios atendían.
Encontré “Café del mural”
preguntando a mis conocidos en Cartagena y me enviaron a Getsemaní, al estar
allí encontré el lugar pero estaba cerrado así que programé otra visita a la
ciudad en un día laboral, esperando llenar mis expectativas.
El lunes 29 de febrero entré
a Café del mural y me sorprendí al encontrar una cafetería diferente en medio
de tantos lugares que venden el mismo café, con los mismos nombres, las mismas
formas de preparación y los mismos errores, en café mural hasta la distribución
de las mesas es diferente, los olores se mezclan entre las diferentes
variedades del grano, la canela, panela, cacao, anís estrellado y otros que no pude reconocer.
Mi elección fue un café
fuerte, bastante café que prepararon en
una antigua maquina napolitana, me lo sirvieron junto a una infusión de anis
que puedo mezclar con el café o usarla para limpiar mi paladar, lo disfruté
lentamente entre conversaciones, me enteré que abren de lunes a sábado, que
tienen aproximadamente 32 cafeteras y solo trabajan dos personas, el
propietario y una joven, aspiran en un futuro vender pizzas en un horno antiguo
y quitar las mesas para poner una larga barra donde todos nos sentamos a tomar
café y eso es lo que ellos llaman crecimiento, no abrir nuevas tiendas, tener grandes
locales o una gran franquicia alrededor del país o del mundo.
El café imperfecto del mural
permite conocer de cerca cómo se prepara y sirve el café en Colombia, o más
bien en los campos colombianos, en las fincas cafeteras, en las diferentes
regiones del país y es servido en los pocillos o tazas usadas para servir el
café por lo que nos acerca a nuestra verdadera tradición cafetera.
Tome mi café, conversé y me
quedé mirando el lugar, me olvidé de las fotos que iba a tomar para este artículo,
estaba haciendo algo más importante, aprendiendo de café, tomándolo y envuelto
en buenas conversaciones, ya habrá tiempo de eso, ahora a seguir reflexionando
sobre el café a la colombiana.
-----
Fotos tomadas del perfil de facebook de Café del Mural